Marcelino Martínez Cao: Un Coloso.

Homenajes

Marcelino Martínez Cao: Un Coloso.

INTRODUCCIÓN

De Marcelino Martínez Cao se podría decir que está todo dicho, hecho o escrito pues su legado ha dejado una huella imborrable en el imaginario del respetable. Así que tan solo nos limitaremos en esta página web a repasar y ensalzar la figura y grandiosidad humana de este futbolista ferrolano, de la mejor manera posible, es decir, refrescando sus datos, andanzas y hazañas con un ínfimo homenaje-recordatorio y así poder honrar su memoria deportiva.

Un momento y retrocedamos en el tiempo con perspectiva, para poder valorar y destacar aún más, si cabe, la importancia de lo conseguido. Estamos en la época oscura de la posguerra, con una dictadura, la televisión en blanco y negro, un NODO, penurias económicas, estructurales, una crisis, etc y aún así, nuestra celebridad como pionero, lograría hacerse un hueco con la ayuda de otros grandes futbolistas, para entrar por méritos propios en el Salón de la Fama de los Deportistas. Ilusionar y a la par, soñar, poder dar vida, color e ilusión a todo un país, ayudando concretamente a la Selección Española, a conseguir un prestigio y a darle otra dimensión, con un reconocimiento internacional, del cual carecía completamente.

Una reflexión: se sabe que para alcanzar las más elevadas cotas y objetivos, es decir, triunfar, se necesitan obligatoriamente una serie de habilidades y que intervienen e influyen numerosos factores que hacen que muchos de los que lo intentan, no lo puedan llevar a cabo y sin embargo los elegidos sí. Dicho esto y sin dudar en lo más mínimo por lo conseguido, en las propias del aquí aludido y distinguido, el que esto suscribe deja caer a título personal estas otras, las mitológicas y me explico; Ares es el lugar natal del aquí mítico Marcelino y se llama así en honor al Dios griego al que se le atribuyen los poderes de la fuerza, velocidad, resistencia, control mental e inmortalidad entre otras muchas, las mismas por las que destacó nuestro afamado y eterno homenajeado, cuestionándome si serían similitudes con cierta influencia divina o casualidad, por lo que dejó al lector que saque sus propias conclusiones.

VIDA Y ORÍGENES DEPORTIVOS

La infancia de Marcelino, sería como la de cualquier otro crío contemporáneo, es decir, un niño feliz, que en su caso vive en un pueblecito marinero, donde va a la escuela local y goza disfrutando de su tiempo libre o recreo, jugando de corto y descalzo, múltiples partidos de fútbol por sus arenales, sin importarle el porvenir u otras preocupaciones esenciales.

A la tierna edad de 12 años, condicionado por la parte materno filial, nuestro ilustre Marcelino por apego, se sentiría atraído por la era de lo divino, es decir el nacional-catolicismo, la ideología del franquismo. Decidiría pues convertirse en alumno seminarista con desasosiego, marchando a Santiago de Compostela a continuar con sus estudios, sin olvidar y dejar de practicar en su lista de prioridades, su deporte favorito.

Una leve crisis existencial, a los 16 años, lo llevaría a replantearse el tema espiritual, llegando a la conclusión de que este igual, no sería el camino, quedando el caso prescrito.

COMIENZA SU HISTORIA

A su regreso a casa, el futuro hijo pródigo, decidiría federarse e iniciarse oficialmente en el mundo del fútbol, la temporada 57/58 y lo haría como delantero en el equipo local de su pueblo, el Numancia de Ares C.F. En este  modesto equipo,  prácticamente debutaría al jugar tan sólo cuatro partidos, pues su buen hacer, llamaría la atención de otro equipo vecino de la localidad, el Galicia de Mugardos C.F. que con más peso e historia, lo convencería para incorporarlo a sus filas.

Comentar que este nuevo club a su vez, haría de puente, pues escasamente lo disfrutarían ocho partidos, al repetirse la misma historia.

Ahora son los ojeadores departamentales, los que se enterarían de que una joven perla de la zona con un talento innato, apunta maneras. Así que el equipo representativo de la ciudad y de la comarca, el Club Ferrol con su presidente Rogelio Cenalmor Ramos a la cabeza, se encargaría de ficharlo rápidamente para hacerse con sus servicios, a la edad temprana de 17 años.

A Marcelino Martínez Cao lo haría debutar en la 2da División, con 18 años y ficha aún de amateur, en el Estadio Municipal Manuel Rivera, su entrenador Román Galarraga Salegui, la temporada 58/59. Este desde un principio, le ayudaría en su formación y aprendizaje y a la vez, también se aprovecharía de su gran fondo físico, pues lo pondría de hecho como interior derecho ofensivo, es decir, la función de creador y pasador más que de goleador.

Esta plena confianza, lo llevaría hacerlo jugar todo el campeonato, es decir sus 30 partidos y el chico recompensarlo con ilusión, entrega, ganas y sacrificio, marcando sus 2 únicos goles en esta categoría.

El Club Ferrol a su vez haría de escaparate, pues la rápida adaptación del muchacho a la categoría sería un acicate que facilitaría que los grandes clubes de España, tales como el R. Madrid o el C.F. Barcelona siguieran sus evoluciones y más tarde conversaciones, con la intención llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes. Aquí mientras tanto, entra en disputa un tercero, el Real Zaragoza Club Deportivo que se haría al final con esta joven promesa, al ser el mejor postor. 

Este equipo a la postre, sería el que le abriría las puertas en el ámbito profesional y todo gracias a una súper oferta económica e irrechazable para la época, como lo era, el 1.000.000 de pesetas ofrecido por su presidente Faustino Ferrer Lledó. Una nota para entender mejor el asunto, como pura anécdota, la cantidad señalada, no llegaba ni a cobrarla uno de grandes del momento, como lo era el presunto, don Alfredo Di Stefano (R.M).

A NACIDO UNA ESTRELLA Y LA SELECCIÓN

Marcelino llegaría a la capital de Aragón con 19 años y en su camino, escaso rodaje y corto bagaje, pero con la aureola de jugador importante al ser bien pagado. La expectación generada por los maños sería máxima, así que su adaptación al equipo, a la categoría, a ganarse el cariño de la afición y a soportar la presión mediática, no sería inmediata.

Lo cierto es que se suscitarían ciertas dudas de inicio, donde se cuestionarían su fichaje en cuanto a la calidad y capacidad goleadora del mozo, pero con personalidad y determinación, las resolvería en poco más de 3 meses aproximadamente. Los simpatizantes al final, lo acabarían convirtiendo para gozo personal, en un ídolo local, al ser el 1er jugador de la historia del Real Zaragoza en ser convocado por la Selección Nacional y esto sin que él ni nadie pudiese imaginar lo que el destino le tendría reservado.

En su 1ra temporada, la 1959/60, el muchacho con el Real Zaragoza Club Deportivo, Estadio La Romareda, presidente Faustino Ferrer y Juan Ochoa como preparador, ya lograría hacerse un hueco jugando un total de 20 partidos. En un principio en la posición de extremo derecho, para poder ir forjando a fuego lento, paso a paso, más adelante, una brillante, dilatada y extraordinaria trayectoria deportiva. Lograría marcar sus 4 primeros goles en la máxima categoría, quedando el equipo en mitad de la tabla, en un 11vo puesto.

En las tres siguientes campañas, con el Real Zaragoza Club Deportivo, Estadio La Romareda, el banquillo lo ostentaría César Rodríguez . La temporada 60/61, Real Zaragoza Club Deportivo, de presidente Faustino Ferrer, en la primera de esta triada, aumentaría el nivel mejorando registros, 27 partidos en cuanto a participación y ya en su verdadera posición, la de delantero centro.

Aquí en su epicentro, es donde se sentiría más cómodo, encontrando en el área su acomodo y viendo más portería como lo demuestran sus 10 goles que contribuirían para su alegría y a llevar al equipo a la 3ra plaza del campeonato doméstico.

En la sucesiva, la tempoada 61/62, Real Zaragoza Club Deportivo, su presidente Faustino Ferrer, la segunda del trio, los registros serían 25 partidos, 4 goles y 4to puesto muy resuelto. En la temporada 62/63, Real Zaragoza Club Deportivo, su nuevo presidente Waldo Marco, la última de la tripleta, con 27 partidos, 8 goles y 5to puesto, disputarían su 1ra final de la Copa del Generalísimo contra el C.F Barcelona que sería el que se la llevaría.

En la correlativa, la temporada 63/64 con el Real Zaragoza Club Deportivo, presidente Waldo Marco, sus registros serían, sin pasar por alto los de nuestro ídolo Marcelino, 26 partidos, un 4to puesto en la tabla de clasificación y los 10 goles de un experto en el remate de cabeza, con muy buena técnica y potencia de salto.

Está campaña quedaría marcada para la gloria deportiva del Club, al ser el origen de una leyenda, la de los 5 Magníficos, una delantera de vanguardia que haría historia cosechando sus primeros 2 títulos, para el R. Zaragoza C.D. El técnico Antonio Ramallets sería el visionario y el encargado de alinear por primera vez a estas 5 leyendas, Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra un 22 de Abril de 1964.

Luego la continuaría Luis Belló y la remataría, llevándose los laureles, al cosechar el 1er título internacional, la final de la Copa de Ferias VI edición contra el Valencia C.F por 2-1, goles de Villa y Marcelino (R.Z) 15 en total los que marcaría en esta competición nuestro mito y Urtiaga (V.C).

El 2do título vendría 10 días después que sería el 1er título nacional, en 2da final sucesiva de la Copa de S.E el Generalísimo, en el Estadio Santiago Bernabéu 2-1, contra el Club Atlético de Madrid, con goles de Lapetra y Villa (R.Z) y Cardona (AT.M).

Un impasse, España celebra la 2da edición de la Copa de Europa de Naciones y Marcelino junto con su compañero Pereda acuden a la llamada del seleccionador, el comandante José Luis Villalonga. La Selección Española y la Selección de la URSS se enfrentarían en la final un 21/06/64 en el estadio Santiago Bernabéu con el resultado de 2-1 goles de Pereda y con un testarazo característico y emblemático, el de un coloso Marcelino (S.E) y Kushainov (U.R).

AL ESTRELLATO

Apoteosis nacional al ser el primer título continental de la Selección Española que encumbraría a Marcelino (14 veces internacional entre el 61/67 y 4 goles). El pueblo Español, lo convertiría en un ídolo de masas universal, sentándolo en el privilegiado Trono de los Héroes del Balompié, al tener el honor de marcar el gol de la victoria, el gol más importante de la historia, el gol de su vida, el de la gloria, leyenda viva y eterna del siglo XX.

La subsiguiente, la temporada 1964-65, con el Real Zaragoza Club Deportivo, presidente Waldo Marco y él ya célebre y laureado M.M. Cao, titular indiscutible en plan estelar, 22 partidos, 6 goles y un 3er puesto en la clasificación, con Roque Olsen como preparador, disputarían la 3ra final subsiguiente de la Copa Generalísimo, contra Club Atlético de Madrid que sería el vencedor.

La inmediata, la temporada 65/66, en el Real Zaragoza Club Deportivo, presidente Waldo Marco, con Antonin Hon y Ferdinand Daucik de entrenadores y nuestro figura ejerciendo de líder absoluto y excepcional, seguiría aumentando sus registros, hasta los 26 partidos con sus 12 goles y un 4to puesto.

Acabaría poniendo todo su empeño y talento para hacer de nuevo campeón al Real Zaragoza Club Deportivo, en la 4ta final consecutiva de la Copa de S.E el Generalísimo, celebrada en el estadio de Chamartín y jugada contra el Club Atlético de Bilbao, con el resultado de 2-0 goles de Villa y Lapetra (R.Z).

La consecutiva, la temporada 66/67, con el Real Zaragoza Club Deportivo,  presidente Waldo Marco, con Ferdinand Daucik y Andrés Lerín de coaches y Marcelino (26 años) en el culmen de su carrera deportiva, tocaría techo en lo personal. Atrás acabaría dejando una regularidad incontestable, espectacular a lo largo de su recorrido y hasta la fecha, como así lo atestiguan sus 25 partidos, los 13 goles su máxima anotación en la categoría y un 5to puesto.

La antepenúltima y penúltima, con el Real Zaragoza Club Deportivo, con nuevo presidente Alfonso Usón, la temporada 67/68 y la temporada 68/69 del mencionado M. Cao, serían para él un poco más complicadas, pues debido al desgaste físico y a la sobrecarga de partidos sin apenas descanso, unido a una exigencia de máximo nivel, provocaría la aparición de serios problemas deportivos.

El sobreesfuerzo físico pasaría factura y aparecerían las temidas lesiones de rodillas y tobillos, por lo que sus números empezarían a decaer. En la primera de las mencionadas con Roque Olsen de mister, participaría en 14 ocasiones, marcaría 1 gol y se quedarían en un 5to puesto .

En la segunda señalada con Roque Olsen y César Rodríguez de técnicos, lo haría en 14 ocasiones, 2 goles y en 13ra posición la peor en toda su etapa.   Entremedias a mayores, sumarle los 5 goles en su totalidad en cuanto a participaciones en la Recopa de Europa.

La correlativa, la temporada 69/70, Real Zaragoza Club Deportivo, de presidente Alfonso Usón, la 11ma de nuestro renombrado protagonista vistiendo la camiseta blanquiazul, con Héctor Rial en el banquillo, sería la última y definitiva y en la que apenas intervendría con 6 partidos, 0 goles y un 8vo puesto. Rememorar que a día de hoy sigue siendo su máximo realizador con 116 tantos.

El sempiterno de Marcelino, estaría muy acertado al tomar la decisión de ser justo consigo mismo, es decir, hacerle caso a su cuerpo principalmente (recordemos que no había cambios y las tarjetas aún no existían). A la par sería cortes pues, también tendría presente y en mente, al Club que le brindó la posibilidad de alcanzar fama y gloria. 

Seguiría siendo respetuoso, con el equipo del que recibiría grandes recompensas y que el propio Marcelino se encargaría de devolvérselas con creces (321 partidos oficiales, 283 Liga, 3 Copa). El ciclo natural deportivo se posicionaría para entrar en escena, se acerca el fin y muy su pesar pero con honestidad, decidiría echarse a un lado y retirarse para no tener que vestir otra camiseta.

El tema es que a su vez, dejaría inmaculada su grandeza e intacto su honor, siendo noble, leal y heroico perpetuamente para con la entidad, el escudo del Real Zaragoza Club Deportivo y la ciudad, como bien reza su lema.

El MITO Y SU REMATE FINAL

En cuanto a su persona como buen gallego que es y haya quien no lo entienda, comentar que él nunca se ha visto ni ha querido que lo vean como un mito o una leyenda. Acabaría alejándose de los focos mediáticos y de los típicos reconocimientos honoríficos, debido a la naturalidad y humildad que lo caracteriza.

El Marcelino de calle, el de siempre, se siente más cómodo por su personalidad, con la figura y templanza del antihéroe, pero esto, no quita ni resta mérito a las gestas y logros conseguidos por el ferrolano más soberano.

Sin proponérselo aportaría su granito de arena especial, al mundo del fútbol mundial, por cierto, de su amada playa de Ares, donde daría comienzo a pares, todo lo bueno y bonito vivido por el genial Marcelino Martínez Cao. A tener en consideración, sus 12 temporadas como profesional (11 en 1ra División y 1na en 2da División) las de un futbolista global e inmortal.

 

Texto: Luciano Gómez «Buyo».
Imágenes: Gregorio López Fraile «GLFraile».
Maquetación: Carlos Vázquez «Cabazo».
Imágenes: Otras fuentes.